Ahorrar para la pensión es una manera de cuidar de ti mismo. Si durante tu vida laboral guardas una parte de tus ingresos, aseguras que, en el futuro, cuando ya no goces de fuerzas o capacidad física y mental para trabajar, tendrás recursos suficientes para contar con una pensión que te facilite un ingreso mensual para cubrir tus necesidades de vida.

El Sistema de Pensiones salvadoreño se fundamenta en que cada trabajador es propietario exclusivo del ahorro que va acumulando para financiar su pensión. ¿Qué significa eso? En palabras sencillas, que las cotizaciones que mes a mes realiza cada trabajador, junto con el aporte que le corresponde realizar a su empleador, más la rentabilidad que genera la inversión de su dinero, se acumulan en una cuenta que es única y exclusivamente suya.

Tu Cuenta Individual de Ahorro para Pensiones (CIAP) está identificada con tu información personal por lo que todos los recursos que se registren a tu nombre formarán parte del saldo que hay en ella. Tu ahorro es tuyo, siempre. Incluso, si dejas de aportar, lo que ya está reportado en tu cuenta siempre será tuyo o de tus beneficiarios.

Esta cuenta individual de ahorro para pensiones es similar a cualquier cuenta de ahorro que podrías abrir en una institución financiera. Lo que la hace especial es que el dinero que hay en ella tiene un fin exclusivo: financiar tu pensión, o en caso de faltar, las pensiones que corresponda pagar a tus beneficiarios (cónyuge/conviviente, hijos menores de edad o hasta los 24 años si estudian y padres o madres económicamente dependientes).

Ante todo, es necesario recordar que ahorrar para la pensión es una responsabilidad individual, depende de ti mismo; y, por ende, aportar a tu cuenta no beneficiará a nadie más que a ti y a tu grupo familiar o de beneficiarios.